Steffan Ulrich

Típico, engreído, mujeriego a no más poder.
Así todos lo ven y el siempre se jacta de su buena fortuna con las mujeres, el no tiene la culpa de ser así, siempre lo dice aunque siempre se granjea el odio de los demás varones y de algunas a las que ha roto el corazón.
El seducir es su hobbies, no soporta ver a una hermosa joven sola y triste, siempre ira a levantarle el ánimo y si saca algo a cambio es solo será porque ella lo desea.
A pesar de ser así es muy buen amigo, en alguien en quien confiar, alguien que encuentras apoyo. Es un amigo leal dispuesto a dar la vida por sus amigos y a defenderlos ante todos, tiene códigos que jamás romperá por ninguna falda que le provoque.
Ha jurado jamás enamorarse, nunca dejar que alguna mujer llegue a su corazón ya que no quiere volverse patético como los demás hombres, el es único y así prefiere vivir aislado de los sentimientos prestándose solo a la pasión.
Pero a pesar de todo no es un patán, jamás usara a una chica o la lastimara a propósito, ya que a pesar de todo en ciertas cosas es un hombre de honor.

Virtudes:
Galante
Amable
Seductor
Defectos:
Infiel
Poco sentimental

Debilidades:
Su madre

Miedos:
Sentir algo mas que solo afecto por una chica y que lo abandone

Gustos:
Salir a disfrutar la noche
El buen Heavy Metal

Disgustos:
Que lo crean sentimental
Que piensen que es debil

Enfermedades o patologías:
No tiene

Nacido en Dinamarca fue el único hijo de un matrimonio de clase alta, siempre fue un niño rebelde que gustaba de experimentar las cosas por sí mismo y siempre encontraba la forma de salir bien librado de todas sus travesuras. Siempre gozando del favor de las niñas y las maestras que caían bajo sus encantos, lo que hizo que la escuela fueran buenos años no dudo nunca de tener lo que quería pero siempre fijándose de no dar ninguna idea errónea, el siempre dejo en claro que jamás iba a pasar de un límite. Nunca tuvo novia, bueno no una formal y siempre estaba con más de una chica a la vez. Lo que no cambio en su adolescencia y siempre trayéndole algunas escenas que las jóvenes le hacían cuando se veían engañadas.
Cuando creció en vez de seguir la carrera que su padre deseaba de administrador de empresas eligió la música, una pasión que siempre tuvo con el apoyo de su madre, pero cuando las cosas en su hogar se volvieron insostenibles decidió viajar a Anaya, en busca de acción y diversión. Siempre tuvo lo que el dinero le podía proporcionar, y siempre disfruto de una vida cómoda, y como su máximo deseo era tener una banda y hacerse famoso la única condición que sus padres le impusieron para que ese sueño se hiciera realidad era que terminara la carrera que había iniciado en Dinamarca. Y a pesar del llanto de su madre partió con una gran sonrisa en sus labios con el objetivo de iniciar una vida lejos del control de su padre, para poder darle rienda suelta a sus más locas fantasías y además a probar el amor de las mujeres de Anaya.