Although everything is dark you must find some light (Andrew)

Sentía mi cabeza explotar luego de las millones de preguntas que los agentes me habían estado haciendo durante todo el transcurso del día. Para mi suerte había sido testigo del homicidio de mi vecina.

Esa tarde, luego de haberme ausentado todo el día de mi casa, estaba subiendo las escaleras cuando me resbale. Tomándome del barandal de la escalera y luego de maldecir para mis adentros debido al golpe que me había dado en la rodilla noté que con lo que había resbalado era con un poco de sangre. Miré escaleras arriba y fruncí el ceño de inmediato. Gotas de sangre caían lentamente por los escalones hasta donde yo me encontraba. –Qué demonios!! –maldije otra vez subiendo con cuidado intentando no pisar los manchones. Al llegar arriba noté que una fina línea color roja recorría el piso escabulléndose hasta la puerta de mi vecina. Se trataba de una joven rubia muy bonita que vivía con un par de amigas lesbianas. Caminé hasta allí y, luego de observar la escena, pegué un grito y corrí a buscar mi móvil para llamar a la policía. Temblando un poco aguardé a que los agentes llegaran al lugar sin sacarme de la cabeza la imagen de mi vecina asesinada por miles de cuchilladas en todo su cuerpo.

El primer grupo de policías en llegar se mostraron amables conmigo debido a que estaba en un estado de shock. Los otros dos, que arribaron luego, ya no eran tan amables salvo uno que se había presentado como Andrew. Fue él el que me llevó hasta la oficina policial para hacerme las miles de preguntas protocolares. A todo le dije mi verdad, yo no sabía nada, conté detalles de ella y de cómo era mi vida y mi relación vecinal. La sonrisa del agente que me estaba entrevistando aún se marcaba en mi recuerdo y esos ojos… esos ojos que me observaban de arriba abajo me mantenían eclipsada.

Cuando me permitieron salir, me levanté con cuidado y me dirigí medio tambaleando hasta la salida. Me encontraba esperando un taxi que me llevara a mi hogar cuando una voz pronunció mi nombre –Elizabeth- había dicho esa voz masculina que reconocí inmediato. Me giré para encontrarme de nuevo con el agente llamado Andrew –ha pasado algo? Me olvidé de declarar algo más? –pregunté rápido notando como él negaba y corría unos pasos hasta mí. Mi corazón inmediatamente comenzó a martillar sobre mi pecho marcando, a cada paso de él, un latido más fuerte. Quizás solo necesitaba unas preguntas que aclarar pero al verlo sin uniforme y con un bolso en la mano supuse que ya había terminado su jornada laboral. Quizás solo quería saber como me encontraba. Todo siempre tenía un quizás.

Los últimos días habían sido extraños, no esperaba que apenas llegar a una nueva ciudad a hacerme cargo por primera vez del departamento de homicidios ya tuviera un asesino serial que investigar. Yo había estado muchas veces en la división de homicidios pero jamás había sido el detective a cargo de las investigaciones csi, aunque claro, odiaba aquel apelativo desde que las series de televisión hacían ver mi trabajo como algo tan glamoroso y sencillo, como si simplemente pudiéramos atrapar a todos los asesinos en un par de días, como si las pistas y los interrogatorios fueran tan sencillos y los detectives tuviésemos súper poderes para poder leer las mentes de los sospechosos y saber si lo hicieron o no….

No…no era tan fácil... mas aun cuando era un maniático sexual con problemas de misogenia, cuando teníamos los ojos de toda la unión europea en nuestras espaldas y las noticias no dejaban de decir que habían unos feminicidios en Anya city. Y es que claro, desde que empezaron con el asunto de los derechos de las mujeres todo era mucho más complicado para todo, ya no podía decir todos….sino que tenía que decir “todos y todas”…ya no importaban las competencias que tuviera un agente o detective, sino que TENIA que poner al menos una mujer en cada caso y aunque habían agentes y detectives mujeres extremadamente capacitadas, habían otras que me hacían preguntarme si mi vocación realmente estaba en el servicio público.

Yo soy más de los que piensa que cada quien se gana sus cosas por sus habilidades y destrezas y no por el sexo con el que haya nacido, pero… en la actualidad habían personas que no compartían mi punto de vista, así que simplemente yo me ceñía a las raras normas que a veces se inventaban…y de vez en cuando pateaba el trasero de algún “machista” para variar.

El caso es que, este asesino en serie a quien habíamos llamado “el sacerdote”, estaba secuestrando trabajadoras sexuales, bailarinas y todas aquellas mujeres que estuviesen en el campo del entretenimiento para “caballeros” y las llevaba a un lugar apartado, las torturaba y asesinaba para luego tener acceso carnal violento post mortem, lo que obviamente indicaba una necrofilia, también tenía otro patrón interesante y era que les restauraba el maquillaje y las vestía de religiosas, por eso su apodo y luego las dejaba en el mausoleo de una proxeneta famosa de los años 20’s. No sabíamos mucho de él, era bastante meticuloso. Sabíamos que era hombre por las marcas de sus manos en el cuello de 2 mujeres que fueron estranguladas, que media más o menos 1,80 por las marcas en el pecho de una mujer a quien le rompieron el esternón aplastándolo con la rodilla, el tamaño de la rótula nos daba un aproximado al tamaño del fémur y con el fémur podíamos saber la estatura de la persona y un peso aproximado. Así que buscábamos a un hombre de 1,80 mts de estatura y 92kg de peso aproximadamente…eso, reducía la búsqueda a la mitad de la población masculina de Anaya city.

Fue ese día en particular que hubo una pista más clara….uno de los crímenes a medio completar.

Una mujer joven fue atacada en su casa a plena luz del día, lo que en un principio no nos llevó al “sacerdote”, pero nos dimos cuenta que había empezado a cambiar su MO cuando entramos a la escena del crimen para encontrar a la joven violada y con un crucifijo entre su pecho desnudo. Era una mujer muy hermosa y fue dejada en una pose bastante dramática y teatral, con el crucifijo justo en medio de sus pechos, le había pintado los labios de rojo para que contrastaran con su piel muy blanca y los había dejado entre abiertos como si dejara salir algún tipo de gemido. Su sangre corría por el suelo escaleras abajo dejando notar que la herida mortal fue un golpe letal en la cabeza y aun así….la sangre corría casi como si él hubiese decidido su curso, ya que ella no tenía ni una gota de sangre sobre la piel que se le veía perfectamente aterciopelada y suave, con un leve sonrojo.. En realidad….no parecía muerta, parecía más bien una estatua de mármol blanco perfectamente sonrojada y acomodada en el piso de madera…. este caso, cada dia era más complejo.

Cuando llegue a la estación para interrogar a la única testigo ocular me entere que por un lado ya la habían interrogado y por el otro la habían dejado ir. Salí al trote tras de ella solo para darme cuenta que era Elizabeth….esto sería raro, aun así me acerque porque así no quisiera, tenía que hacerle todas las preguntas de nuevo
-Liz….
Dije mientras llegaba donde ella
-hola…ehm.se que ya te han hecho miles de preguntas pero yo tengo unas más…podrías acompañarme por favor?
Con los asuntos de trabajo se me olvidaba la amabilidad y los modales, me importaba el trabajo y nada más….luego me encargaría de ver que estuviera bien, pero primero lo primero.

Spoiler:

-Asentí en silencio al escucharlo. Lo cierto era que no quería que pensara que no estaba dispuesta a ayudarlo, pero la cabeza se me partía en miles de pedazos y volver a esa oficina encerrada me ponía de mal humor.- Claro, donde iremos? –quizás podría sugerirle que me haga las preguntas en otro lugar, hasta en la misma calle si fuera posible, pero sabía que me lo iba a negar así que sin más lo seguí de nuevo a la estación.

El lugar estaba bastante en silencio, cada cual seguía con sus labores y no nos prestaban atención. Él me dirigió hasta una de las oficinas y no pude evitar sonreír al ver su nombre en la puerta. Entré con cautela y me senté en el lugar indicado por el detective. Dejé mi cartera a un lado y me relajé un poco. No iba a ser tan tortuosa esta charla, él me conocía y quizás hasta podría ser placentera.

No podía negarlo, se portaba como todo un caballero. Luego de dejarme en la oficina fue por dos cafés y un poco de agua. Ese gesto me hizo sonreír recordando las veces que le pedía que no bebiera ese tipo de bebidas pero aun así le agradecí cordialmente- y bien? –pregunté luego de un suspiro mientras me soltaba el cabello- que tan mal está la cosa? –apoyé mis codos en la mesa mientras cerraba mis ojos moviendo mi cuello a los lados sintiendo como tenía el cuerpo contracturado de tanto estar sentada en ese lugar.

Esperé a que Andy me contestara pero se había quedado en silencio leyendo todo lo declarado por mí antes. Aguardaré a que me respondiera y al verlo tan concentrado solo me limité a observarlo. Sin lugar a dudas, este chico tenía ese algo que a una mujer lo podía tener encandilada por mucho tiempo

Ella se notaba incomoda y tensa y yo no podía simplemente decirle que nos fuéramos a un café a hablar, eran temas oficiales y debían tratarse en la estación, era así de simple.

Decidí no llevarla a sala de interrogatorio que eran muy frías y con todo de metal, mesa, sillas, paredes grises…todo era tan estéril e impersonal que en definitiva no podía llevar a Liz a ese lugar. Así que en últimas la lleve a mi oficina donde le pedí que se acomodara y fui por algo de café y agua…era el procedimiento normal. Luego me senté tomando el archivo, ella me hablaba pero yo estaba absorto en la lectura…en la mala redacción de mis colegas…en las preguntas mal hechas, en lo poco profesionales que eran con respecto a los homicidios…cabezas rodarían en el departamento a causa de estos informes, odiaba que otros se metieran en mis casos simplemente para hacer todo más lento, ya habían pasado varias horas desde el incidente así que las ideas no estarían igual de frescas, ella ya habría sido permeada por las preguntas de los demás agentes…todo era una mierda

-bueno señorita Becket…. Liz…bueno, debo llamarte señorita Becket…esto es un asunto oficial.
Saque una grabadora de voz de mi traje y la puse sobre el escritorio
-esta conversación será grabada para así no tener que repetirla varias veces si tengo dudas o algo se me pasa por alto… voy a comenzar, primero que todo señorita Becket, que parentesco o relación tiene usted con la occisa?

Comencé a hacer las preguntas en tono bajo, frio, serio…estaba seguro que ella no conocía este lado de mi, pero en ese momento era completamente vital que las cosas se mantuvieran en el plano netamente profesional…afuera podría ser mi amiga, allí era mi interrogada y hasta posible sospechosa

-Carraspee un poco al notar lo que él estaba haciendo y asentí sin decir nada más al ver lo profesional que era. No podía pedir otra cosa. Había asesinado a mi vecina de la manera más cruel y eso aún no me lo sacaba de la cabeza. Me recosté un poco en la silla escuchando atenta a lo que me estaba preguntando-

Era mi vecina –dije sin pensarlo mucho- Ella ya vivía en el departamento de al lado de mi casa mucho antes de que yo llegara al edificio. Ella solía cuidarme los días en los que yo enfermaba –lo miré sin saber mucho que decir- era la única persona que conocía. –MI voz se quebró por primera vez pero intenté que no se notara la angustia que se me había producido. Los recuerdos de los días en que mi vecina me cuidaba se hicieron presentes. Las noches que pasaba enferma y ella se quedaba a mi lado para tomarme la temperatura o simplemente para darme sopa. No era mucho más mayor que yo, pero era una buena chica. Al menos, yo no sabía si ella tenía mala vida. Solo sabía que trabajaba en un club como bailarina.

Dicho eso, no supe que más contestar así que solo me limité a encogerme de hombros esperando que Andrew me siguiera haciendo preguntas. Ahora entendía porque su enfado con los otros detectives. Él era profesional y muy dedicado a su trabajo, desde esta perspectiva podría notar la seriedad con que se tomaba las cosas…efectivamente era otro Andrew que me permitía conocer y eso por un lado me alegraba y por otro me asustaba.

Era difícil mantenerse serio mirando esa cara tan angelical que tenia Elizabeth, era difícil concentrarse mientras la miraba fijamente a esos ojos dulces que parecían perdidos, pero yo debía mantener mi posición y seguir serio, anotaba lo que decía aun cuando lo grababa, mis impresiones sobre el momento eran tan importantes como la información que ella me podía dar

-bueno… y cuéntame, con quien vivía ella, en donde bailaba?...tenía novio? Novia?..Sabias si había alguien que frecuentaba el lugar? Es bastante usual que los asesinos en serie frecuenten la vivienda de sus víctimas para poder hacerse a una idea de sus rutinas y así poder intervenir en el momento menos esperado, cuando no haya nadie cerca o cuando puedan tomar la oportunidad con más facilidad. Los seres humanos somos de costumbres y solemos hacer las mismas cosas, del mismo modo siempre, así que es posible que el asesino estuviera vigilando el lugar con antelación

Mi jerga era diferente, mi forma demorar, de moverme, de hablar…todo era diferente, nada que ver con el hombre risueño y tímido, en el trabajo era un hombre serio, confiado y seguro, sabía bien que si para algo era más o menos bueno en la vida era para esto y aunque no fuera el mejor haría todo lo posible por atrapar a los malhechores, así eso significara perder mi propia vida……recordaba la última vez que trabaje en casos de asesinos seriales y casi me estremecí…yo había sido víctima ..Yo había sido la última victima…

El torbellino de preguntas que siguieron me abrumó, me soltó una y otra pregunta sin dar un respiro o sin dejarme pensar con claridad. Sabía que lo que le decía era crucial para la investigación y tenía que cooperar, no me quedaba otra. Para mi suerte, me había tocado a un hombre que me conocía lo bastante como para saber cuándo detenerse y cuando no.

Luego de tomar un poco de agua seguí respondiendo. Vivía sola, no tenía familia en la ciudad. Trabajaba en un cabaret llamado Gran entrada o gran salida, algo así. Yo solo fui una que otra vez a verla bailar, no recuerdo bien el nombre. Novio que yo sepa no, un chico la frecuentaba a menudo pero no era su pareja formal –Levanté mi mirada dándote a entender que era una relación sexual únicamente- Lo vi un par de veces merodeando por los pasillos de los departamentos esperando que llegara, pero supuse que estaba necesitado de eso –intentaba explicarme de la mejor manera posible pero se me dificultaba en encontrar las palabras para no terminar siendo grosera- Dos veces entró a mi departamento porque necesitaba ir al baño pero solo se limitó a hacer eso, ir al baño y a salir.

Intenté recordar la apariencia del joven mirando los ojos de Andrew y apoyé mis manos en mi cabeza masajeando mis sienes- era morocho, más o menos 1,70 o un poco más. No era muy mayor quizás unos 35 o por ahí. -Suspiré intentando recordar algún dato más pero no podía hacerlo- solo eso recuerdo -abatida me refregué los ojos esperando más preguntas-

“no es nuestro hombre” pensé inmediatamente, el hombre que buscábamos media entre 1,80 y 1,90 aunque la edad coincidía no había como unirlo a la investigación como sospechoso, aun así debía encontrarlo e interrogarlo
-cuando fue la última vez que este hombre fue al edificio?

Pregunte sin mirarla, solo escribiendo en mi bloc de notas ya que prefería hacerlo a mano que de forma digital… era n asunto de gustos. Muchos compañeros lo criticaban pero aun así, yo n cambiaria mi forma de hacer las cosas porque a otros no les gustara, en general yo era obstinado y ajunos decían que era terco, pero eso me había llevado hasta donde estaba……para bien y para mal

-ah y…cuando fue la última vez que vio a la señorita Blake con vida?
Hice la ultima pregunta con la intención de dejarla ir, hasta ahora tenía todo lo que necesitaba, nada que ver con el montón de preguntas sin sentido que mis colegas habían hecho anteriormente y que no habían llevado a nada…ahora al menos teníamos otro testigo a quien interrogar…antes no teníamos absolutamente nada

La frialdad que poseía Andrew en ese momento era dolorosa, era casi un extraño para mí pero todo esto se lo debía a su trabajo y por más que quisiera que vuelva a ser mi amigo y me reconfortara con sus abrazos era algo que no iba a tener, no en ese lugar.

Este mismo día lo vi, antes de que me marchara a la universidad la señorita Blake y él ingresaba al hogar. Solo me saludaron y nada más. Ella parecía bastante contenta con su acompañante y él tenía un brillo en los ojos único –cerré levemente mis ojos tomando una foto mental del último momento en que los vi juntos y volví a mirar al detective que tenía delante de mí. No me miraba, no me registraba, solo se limitaba a escribir y escribir en su libreta. Tragué saliva y esperé a que terminaran sus notas.

Mientras aguardaba a que me dijera algo más, bebí el café que ya estaba frío pero era lo único que había probado en todo la tarde. Los anteriores detectives no se habían dignado ni siquiera a darme un vaso de agua.

Asentía ante lo que me decía y terminaba de llenar el informe, con el ceño levemente fruncido y los músculos evidentemente tensos. Mis manos moviéndose rápidamente en la libreta. Al terminar abrí mi laptop y anote allí algunas cosas, mis dedos moviéndose hábil y rápidamente sobre el teclado haciendo el sonido continuo dl las teclas al ser presionadas mientras las palabras aparecían con velocidad en la pantalla.

Pase casi 5 minutos en silencio completo, solo se escuchaba como Liz bebía el café y yo escribía en la laptop. Al terminar guarde todo y cerré la laptop de nuevo, mi mirada se tornó suave como de costumbre y le sonreí a Liz
-terminamos
Me levante despacio y acomode unos documentos sobre el escritorio
-ahora déjame llevarte a tu cas…
Me detuve, su casa era escena del crimen ahora y sabía que no llevaba mucho en la ciudad, así que lo mejor sería buscarle otro lugar para que se quedara
-mejor a la mía, vamos a recoger algunas cosas a tu casa y te quedas en la mía mientras la investigación termina, te parece?

Me mantuve en silencio solo limitándome a terminar de tomar mi café y a mirar como él trabaja. No sabía porque se me encogía el corazón al verlo trabajar. No me había pasado con ninguno de los detectives anteriores, pero él…él tenía ese particular reflejo sensual que me hacía soñar. Luego de 5 minutos y solo escuchando el sonido de las teclas al escribir, le sonreí un poco tímida dejando mi taza en el escritorio. Había terminado e imité su gesto de levantarme.

Su invitación me hizo sonrojar un poco, me estaba invitando a vivir con él, a mi…iba a compartir departamento con una persona que solo despertaba sentimientos en mi pero me limité a asentir y decir –gracias…supongo que no podré volver a mi departamento no? –suspiré y tomé mi bolso. Quería salir de ese lugar, me sentía como si me acusaban de algo que yo no había hecho.

Caminé despacio hasta la salida estremeciéndome un poco por una ráfaga de aire que había corrido hasta donde estábamos nosotros- ya has terminado de trabajar por hoy? –solo le hablaba para sacarle charla. Siempre que me ponía nerviosa empezaba a balbucear y a decir cualquier cosa. Intenté, inútilmente, no mirar su rostro, ni sus labios. Porque cada vez que lo hacía, mi corazón daba una sacudida deseándolo. Deseando poder tocarlo, deseando poder besarlo. Compórtate Lizzie –mi subconsciente me reclamaba siempre compostura cuando en realidad yo quería ser una niña inmadura-

Llegamos al auto y le abrí la puerta lentamente para que subiera, esa chica era preciosa, sus ojos eran tan expresivos y extrañamente me encantaba su cabello. Era algo raro, pero me encantaban las mujeres de cabello largo y con ciertas ondas que se movían al viento y daban la impresión de ser chocolate flotando…me encantaba eso y el contraste con su piel, su voz suave y la forma en que siempre me trataba con dulzura

-si… ya termine por hoy, de hecho estaba de baja porque tuve un accidente hace un par de días pero…. Apenas me entere del nuevo golpe pues…. Me tocó venir…no había otra opción
Le sonreí esperando a que se subiera al auto y me acomodé apoyándome levemente en la puerta del auto y la mire sonriendo

-no te preocupes, mi apartamento es cómodo…y tu …bueno…no podrás volver al tuyo por unos días, mientras la investigación termina, pero tranquila…yo casi no estoy en casa, y tú puedes disponer de todo como si fuera tuyo, somos amigos y no puedo permitir que te vayas por ahí a cualquier parte …menos con ese loco suelto

Tenía que ser caballero? Algo más le faltaba para ser el hombre perfecto? Me subí con cuidado al auto descansando mi espalda en el asiento. Ladee mi cabeza para verlo apoyado en la puerta. Era una imagen de su perfil fantástica. “Amigos” esa palabra pesó en mi pensamiento pero intenté disimular la decepción que había sentido. Quería más? No lo sabía pero al menos me conformaba con eso.

De verdad muchas gracias por dejarme quedar en tu casa –hablé un poco apenada. Algo que me molestaba y mucho era incomodar a la gente que quería. Estaba habituada a estar sola. A no necesitar ayuda de nadie pero tampoco podía negarme a la invitación de su parte. Estaba siendo cortés y se preocupaba por mí.

Esperé a que cerrara la puerta y a que se sentara en la parte del auto que le correspondía mientras me abrochaba el cinturón de seguridad. Aún no saben quién fue? –mi mirada no se cruzó con la suya, miraba la noche y cada persona que pasaba por enfrente nuestro. Quién sería la próxima víctima de este hombre? Me preguntaba constantemente. Tenía un poco de miedo, pero no miedo de que me hagan algo…sino el miedo que siente una persona cuando se pone a pensar…y si hubiera sido yo?

Subí al auto y empecé a conducir hacia su casa mientras ella me preguntaba
-no puedo contarte mucho, pero en general sabemos que es un hombre caucásico de unos 30 años, más o me nos de mi estatura, cabello un poco largo…. Ha asesinado ya a 8 mujeres que trabajan en bares, es un misógino y aparentemente es un hombre muy religioso… siempre las deja vestidas de religiosas y con crucifijos…también es necrófilo porque viola los cuerpos de las mujeres después de asesinarlas y…son cosas muy mórbidas y macabras como para hablar de ello ahora…el caso es que estoy en eso y estoy tratando de prevenir a las mujeres…a los de gran entrada y a los de black Hole, no quiero que mueran más mujeres… no quiero que pasen más cosas terribles

Dije algo atormentado lo de la última parte, si alguna otra mujer moría la culpa me atormentaría por siempre, es que aun sentía esta última muerte en mi cabeza, sentía que era mi culpa por no haber sido suficientemente rápido aquella noche cuando lo perseguía por las calles….no había sido hábil, no había sido rápido, había chocado contra dos autos y por eso no lo había logrado alcanzar...me sentía frustrado y culpable y no quería recordar aquello, así que me quede en silencio por un momento y al llegar al edificio de apartamentos me baje del auto y abrí su puerta

-sube por tus cosas, acá te espero…no toques nada que este después de la cinta de policía vale?

Lo escuché atento estremeciéndome un poco cuando terminaba de hablar. No podía creer que en el mundo haya gente tan cruel, pero así era. Tuve la oportunidad de conocer a varias personas algo macabras cuando pasaba mi época de drogadicta, pero nada pasaba de lastimar a algunos animales y esas cosas.

Bajé del auto y le dediqué una mirada asintiendo. No iba a tocar nada de lo que esté dentro de las cintas pero aún me costaba subir por esas escaleras. Ya regreso –le dije casi en un susurro tomando las llaves de mi departamento. Abrí la puerta de entrada y tomé aire. Hacía prácticamente unas pocas horas que había entrado por este mismo lugar y me había encontrado con la escena tétrica que había presenciado.

Subí las escaleras casi corriendo intentando no mirar nada a mis alrededores. Una vez dentro de mi casa prendí solo una luz y caminé hasta mi habitación. Mi corazón repiqueteaba con fuerza. Se sentía como el tic tac de un reloj en una casa vacía. Solo se escuchaba mi respiración y mis pasos. Tomé un bolso y empecé a llenarlo con mis pertenencias. No sabía cuánto era lo que necesitaba llevar, así que puse ropa como para una semana. Antes de salir, busqué otro bolso para poner los libros de mi universidad y salí.

Al llegar abajo y al ver a Andy esperando en el auto no pude evitar sentir alivio por una vez. La tensión que había sentido hace unos momentos había desaparecido y con una media sonrisa fingida volví hasta él. –ya tengo todo lo que necesito –susurré entrando de nuevo en el auto.